Monday, July 30, 2012

Riesgos asociados a la actividad física



Los beneficios de la práctica de ejercicios debe ser confrontados con sus potenciales efectos adversos.

Los problemas más comunes asociados con la actividad física son las lesiones musculo-esqueléticas . Hay muy pocos datos  sobre la incidencia de lesiones en actividades no competitivas. Una excepción es la práctica de correr, con un riesgo anual de lesión del orden de un 35-65%. La mayoría de las lesiones provocadas por el ejercicio son prevenibles. Están determinadas por un inicio súbito de actividades para las cuales el organismo no está preparado, por cantidades excesivas de las mismas o por técnicas impropias de ejecución, incluyendo el uso de equipamiento inadecuado. Además, muchas de ellas son causadas por accidentes peculiares en distintas prácticas deportivas.

Otra categoría de complicaciones son las alteraciones metabólicas y hematológicas. Hipertermia, desequilibrio electrolito y deshidratación pueden ocurrir durante ejercicios intensos en climas calientes y húmedos. Deportes acuáticos o ejercicios en climas fríos pueden producir hipotermias. Períodos largos de ejercicios aeróbicos intensos pueden producir anovulación y amenorrea, mientras que hipoglicemia puede ocurrir en personas diabéticas. Practicantes de deportes como carreras de larga distancia pueden desarrollar anemias y ocasionalmente hemoglobinuria. El sobre entrenamiento puede provocar algún grado de inmunosupresión resultante en infecciones. Todas estas condiciones pueden ser prevenidas con un programa adecuado de actividad física con supervisión médica.

Complicaciones menos frecuentes pero de mayor gravedad son el infarto del miocardio y la muerte súbita. Son eventos raros, que ocurren principalmente en individuos sedentarios con enfermedad aterosclerótica avanzada que se involucran en actividad extenuante para la cual no están acostumbrados. Dos estudios recientes dan estimativas del riesgo de desencadenar infartos del miocardio en el período de una hora a partir de la realización de ejercicios intensos, comparado con los riesgos asociados al ejercicio moderado y a la ausencia de ejercicios. Estos riesgos relativos son 2,1 en un estudio y 5,9 en otro. Sin embargo, un efecto protector aparece con
la práctica regular de actividad física en ambos estudios; un aumento en la frecuencia semanal de ejercicio se acompaña de una disminución del riesgo de infarto durante la práctica. El riesgo de muerte súbita aumenta durante el ejercicio intenso, pero es más elevado en personas sedentarias, comparado con individuos habitualmente activos. Es importante tener en cuenta que el riesgo total de muerte súbita es menor en personas activas, aun que se verifique un aumento transitorio del riesgo durante el período de práctica del ejercicio, comparado a los sedentarios.

Las personas sedentarias deben aumentar gradualmente sus niveles de actividad. Esto es especialmente importante para las personas con patologías cardiovasculares, donde la orientación médica en todo el proceso de adaptación a otros niveles de entrenamiento es fundamental.